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Anfitrión (Ἀμφιτρύων) era, según la mitología griega, el hijo de Alceo, rey de Tirinto y de Astidamía. Además, era nieto de Perseo y, por lo tanto, bisnieto de Zeus.[1]
Anfitrión era el prometido de Alcmena, hija de su tío Electrión, rey de Micenas, cuando fue atacado este por Pterelao, sobrino del rey y aspirante al trono de Micenas. En el enfrentamiento murieron los hijos de los dos cabecillas. Para vengar la muerte de sus hijos, Electrión organizó una campaña contra los teléboas[2] de la isla de Tafos,[3] que habían intentado invadir Micenas con Pterelao al frente. Durante su ausencia pensaba dejar al cargo de sus posesiones a Anfitrión. Pero cuando Anfitrión regresaba de recuperar unas vacas que les habían robado los tafios, uno de los animales se enfureció, Anfitrión para pararla le lanzó un palo que rebotó matando a Electrión. Esténelo, rey de Argos, de quien dependía el reino de Micenas, aprovechó la circunstancia para desterrar a Anfitrión.[1]
Tras esto, Anfitrión se instaló en Tebas junto a Alcmena. Como ésta había jurado no entregarse a él hasta que sus hermanos estuviesen vengados, Anfitrión tuvo que emprender otra guerra contra los tafios. La noche que regresaba victorioso, el dios Zeus tomó a Alcmena antes que él, adoptando la misma forma y aspecto que Anfitrión y ordenando al Sol que no saliera durante tres días para permanecer una larga noche de amor junto ella, que creía estar con su esposo.[1]
Antes de la guerra también el verdadero Anfitrión se había acostado con ella, dejándola embarazada. Posteriormente, Zeus provocó el parto de Alcmena, que tuvo sin dolor y a la vez a los dos hijos: Heracles (Hércules), hijo de Zeus, sietemesino, e Ificles, hijo de Anfitrión.[1]
El adivino Tiresias relató lo sucedido a Anfitrión, y este, al enterarse, intentó quemar viva a Alcmena, pero Zeus lo impidió.[1]